Gato Persa

Historia: Los orígenes del gato Persa son muy variados, pero generalmente es aceptado que los antiguos Persas venían de Persia (actual Irán) y Turquía, y fueron introducidos a Europa por viajeros en los tiempos de las cruzadas. Algunos historiadores creen que los gatos Persas fueron cruzados con Angoras en Italia durante el siglo XVI. Los Persas eran una de las posesiones más preciadas y estimadas por la realeza, desde los reyes persas hasta los reyes y reinas de Inglaterra. A finales del siglo XIX, Norteamérica descubre al gato Persa, el cual se convierte rápidamente en una raza muy popular, hasta estos días inclusive. Con su glorioso y largo pelaje y su dulce cara, se entiende porque el gato Persa es la raza favorita. Requieren un ambiente seguro y sereno, para brindarle a su afortunado dueño constante placer. Los Persas requieren de un mantenimiento constante para mantener la belleza de su pelaje, por lo cual es necesario considerarlo cuidadosamente antes de adquirir un gato de esta raza.
Descripción: Los Persas de pelo largo son gatos compactos que poseen una cabeza proporcionalmente más grande que el resto del cuerpo. La cabeza es redonda y amplia. Las orejas son pequeñas y redondeadas. Se encuentran bien separadas en la parte baja de la cabeza, confundiéndose con el contorno redondeado de la misma. La cara es corta y amplia, con una nariz pequeña. Debe tener la nariz totalmente cubierta por la piel, y la parte superior de la nariz no debe pasar la parte más baja de los ojos. Poseen una barbilla y un hocico bien marcados y desarrollados. Los ojos son largos y redondos de color brillante. Se encuentran remarcados y bien separados. El cuerpo es de tamaño mediano y compacto. Poseen un pecho bien desarrollado, con grandes hombros y trasero. Las piernas son cortas, delgadas y fuertes, con grandes y redondeadas patas que poseen abundante pelo. La cola es corta y espesa.